Los Golden State Warriors dieron un golpe de autoridad en patio ajeno y guiados por Kevin Durant se levantaron en la segunda mitad para dar una estocada que podría ser casi definitiva para el equipo de Cleveland.
El conjunto californiano se llevó el juego tres, lo que da como resultado un 3-0 favorable en estas series finales.
El arranque de los Cavaliers fue verdaderamente endemoniado. Todas las jugadas a ofensiva terminaban en puntos y a la defensiva también eran efectivos, pues jugaban con el error de los Warriors, que a pesar de su clara ventaja en la serie se notaban desesperados y nerviosos.
La quinteta local estaba jugando por nota, Leborn James hacia jugadas de fantasía, J.R Smith era un auténtico “pistolero” desde larga distancia y Kevin Love hacia diferencia al momento de llegar a la pintura.
Pero con el pasar de los minutos Steve Kerr hizo ajustes en su equipo, mismos que funcionaron, pues lograron acercarse un poco a la ventaja de Cleveland.
El primer cuarto terminó 29-28 a favor de los Cavs, que no aprovecharon contundentemente ese gran momento del juego.
En el segundo capítulo, Cleveland logró despegarse un poco más, pero no lo suficiente para llevar a buen puerto una ventaja que bien pudo haber sido cómoda.
Un factor clave de que esto no sucediera fue el exjugador del Thunder de Oklahoma, Kevin Durant, quien era el hombre más importante de Golden State.
Sus intervenciones lograron que el equipo californiano no se viese tan abajo en la duela y consiguieran una buena cosecha de unidades para finalizar el cuarto con 58-54 -favor Cavs-, marcador bastante fructífero para trabajar de mejor manera la segunda mitad.
Ya en la segunda mitad y específicamente en el tercer cuarto, pasó lo que generalmente ha pasado en toda la serie final, Golden State se levantó de la lona y pudo bajarle los decibeles al Quicken Loans Arena, que veía como la ventaja parcial de su equipo se esfumaba.
Kevin “Durantula” continuó siendo el jugador más importante de los de la bahía y su presencia era tan predominante que nunca se sintió quien es la cara del equipo, Stephen Curry, que estaba de lentes oscuros.
El marcador final del tercer periodo fue favorable a la visita, 83-81 se veía en el score, dejando preocupada a toda la afición de Ohio y simpatizante a Cleveland.
El último cuarto fue una olla de tensión, sobre todo para Cleveland que no podía darse el lujo de perder por tercera ocasión.
Pero a pesar de esa presión mantuvieron la calma, sobre todo el joven Rodney Hood, muchacho exjugador de Utah que se vio bastante maduro en el partido, siendo de las piezas más importantes del equipo del señor Tyronn Lue.
Sin embargo, de nueva cuenta apareció Durant y con 43 puntos personales guió a su equipo para derrotar a los Cavaliers 110-102, que de perder otra vez oficializarían la coronación de los Warriors.
Fotografía: NBA