El pasado sábado 10 de agosto, Edgar Guerra, futbolista colombiano de 23 años que milita en el Club León, fue detenido por agentes de tránsito durante un operativo de alcoholímetro en la zona norte de León, Guanajuato. El incidente ha generado una serie de reacciones entre los aficionados y la ciudadanía en general, dado el uso de recursos legales por parte del jugador para evitar una retención prolongada.
Los hechos: Detención durante un operativo de alcoholímetro
Guerra, quien recientemente regresó a la ciudad tras participar en la Leagues Cup 2024 en Estados Unidos, fue interceptado por las autoridades viales mientras circulaba por el bulevar Morelos, una zona frecuentada por varios jugadores del equipo esmeralda. Tras ser sometido a la prueba de alcoholemia, el futbolista no logró pasarla, lo que derivó en su detención.
Declaraciones oficiales: No hubo distinciones
El Secretario de Seguridad Pública de León, Jorge Guillén Rico, aseguró que no se hicieron distinciones en la aplicación del reglamento, y que el procedimiento fue el mismo que se sigue en cualquier otro caso similar. «Nosotros aplicamos el reglamento en general, no hacemos distinción. El procedimiento fue igual; lo que tengo ahí es que generó un amparo, pero hasta ahí. El amparo fue para no quedarse ingresado», explicó Guillén Rico.
La carrera de Edgar Guerra en el Club León
Edgar Guerra llegó al Club León en el torneo pasado, proveniente del club colombiano Millonarios, donde aún le restaban cinco meses de contrato. La directiva del León decidió pagar una compensación económica al club colombiano para liberar a Guerra y sumarlo a las filas de «La Fiera». Desde su debut en 2021 con Millonarios, Guerra ha tenido una trayectoria notable, participando en la Copa Libertadores y siendo parte de los planteles campeones de Liga, Copa y Supercopa en Colombia.
Reacciones y debate sobre la aplicación de la ley
La detención de Edgar Guerra y su rápida liberación mediante un amparo ha suscitado un debate sobre la efectividad y equidad de las leyes en México. Mientras algunos consideran que el jugador hizo un uso legítimo de los recursos legales disponibles, otros critican lo que perciben como un privilegio que le permitió evitar sanciones más severas, lo que podría haber sido diferente para un ciudadano común.
Este incidente no solo afecta la percepción pública de Edgar Guerra, sino también la imagen del Club León. Ahora, el jugador deberá centrarse en su rendimiento en el campo, buscando dejar atrás este episodio y continuar su destacada actuación en lo que resta del torneo.