Mucha fuerza y poco futbol en la Final de la Copa Libertadores.
Con sede en el mítico Maracaná, una final entre brasileños con pegada, todos los ingredientes para tener una Final rica en futbol de fantasía y goles.
Pero el destino y la pelota son caprichosas. Palmeiras y Santos de Brasil dieron más de 100 minutos rocosos, con un fuelle físico alto pero con poca imaginación.
Las ganas superaron en todo momento a las ideas y solo Marinho por el Peixe y Rony por el Verdão, trataron de agitar la varita en algún momento.
La prueba de la crónica mencionada fueron el resumen de los primeros 45 minutos, donde entre ambos conjuntos se combinaron para realizar cuatro tiros, en donde ninguno tuvo dirección de portería.
https://twitter.com/quirino_galvan/status/1355621292939030532?s=21
La segunda parte no mermó en distinciones futbolísticas pero la intensidad del terreno de juego permeó a las afueras.
En tiempo de reposición y en vísperas de tiempos extra, Cuca y Marcos Rocha tuvieron un altercado, mismo que terminó con el técnico del Santos expulsado y subido en las gradas por decisión propia y con Rocha amonestado.
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Acto seguido, la única proeza del partido llegó. Rony recibió por derecha, levantó la cabeza y con tiempo y espacio, centró a Breno Lopes para un remate de cabeza perfecto para sellar su segunda Copa Libertadores y su pase al Mundial de Clubes.
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