Raro, nuevo, sin igual, pero regresó el futbol al Sánchez-Pizjuán.
La Liga dio el banderazo de salida en el «Coliseo Sevillista», con el Derbi ante el acérrimo rival Real Betis. Como queriendo amedrentar al tercer lugar de la competición apenas Mateus Lahoz hizo sonar su silbato el equipo de Rubi presionó muy arriba la salida de balón de los hombres de Nervión.
Parecían mandar un mensaje contundente, pero no duró nada. De pronto, la agresividad bética se esfumó y el dominio blanquirrojo apareció. Sendas oportunidades a cargo de Luuk de Jong, un cabezazo de Kounde y un bombazo al ángulo de un portentoso Ocampos (recuperado a tiempo de molestias musculares) inquietaron el marco de Joel Robles.
A pesar de los constantes y peligrosos embates del local, el visitante salió vivo rumbo al vestidor, aunque en el complemento ya no fue así, en cuestión de seis minutos el Sevilla lo puso cuesta arriba.
Corría el minuto 53 del encuentro, el holandés de Jong y Marc Bartra saltaron para buscar una pelota precedida de un tiro de esquina. En una acción dudosa, el español cometió penalti sobre el ariete ex PSV y Mateu no dudó en pitar la pena máxima.
Dos minutos después, el argentino Lucas Ocampos cobró hacia la izquierda de Robles engañándolo completamente y anotó su onceavo gol de la temporada, ensanchando más su cuota de anotaciones más fructífera de su carrera.
Los de Nervión se volcaron contra el marco bético para tratar de asegurar el resultado, fue así como tras una nueva pelota parada encontraron el 2 a 0. Un nuevo tiro de esquina fue corregido con un tacón del propio Ocampos, quién depositó el balón en el borde del área chica para que Fernando conectara el cabezazo definitivo al 61’.
Rubi ajustó e hizo ingresar al joven mexicano Diego Laínez. Con él en el campo, el Betis comenzó a inquietar a la zaga local, sin que esto produjera un cambio en el electrónico. A pesar de los cambios finales de Joaquín y el delantero Loren Morón, salvo el vértigo impuesto por Laínez, el cuadro del técnico catalán nunca encontró las ideas suficientes para dañar la portería de Tomáš Vaclík.
Con este resultado, el Sevilla se afianza como tercer lugar general con 50 puntos en puestos de Champions, mientras que el conjunto verdiblanco seguirá sumido en la mitad de la tabla al quedarse estancado con 33 unidades, con pocas posibilidades de pelear puestos europeos.
Al final, el regreso fue solemne al ritmo de «El Arrebato», acompañado de los cánticos locales reproducidos por la megafonía del estadio.
El Derbi se volvió a vestir de rojo y blanco, ya que como dijo el Míster Lopetegui al final.
«No ha habido ruido en el campo, pero lo habrá en la ciudad con esta victoria».