Les Bleus derrotaron por la mínima diferencia a su similar de Bélgica y lograron avanzar a su tercera final en justas mundialistas.
Samuel Umtiti fue el héroe de la noche gracias a su solitaria anotación.
Durante los primeros 45’ minutos hubo paridad de fuerzas.
Franceses y belgas no golpearon en el marcador pero estuvieron cerca, ya que generaron ciertas aproximaciones bastante interesantes que bien pudieron llegar al electrónico.
El hombre más peligroso del partido era Eden Hazard.
El volante del Chelsea se encargó de abrir espacios, transitar la pelota y ser la válvula de escape roja por todo el sector izquierdo, donde se comió al lateral Pavard.
Francia también tuvo sus momentos, pero sus embates eran más desorganizados y espontáneos, esperando la equivocación y ganando en velocidad.
Sin embargo esto lo vimos muy poco, quizás dos veces, pues en el terreno de juego mandaba un equipo y ese era el de los Diablos Rojos.
Ya en el segundo tiempo, apareció el táctico en una jugada a balón parado. La selección gala, en un tiro de esquina aprovechó sus “torres” y el zaguero central Samuel Untiti se encargó de darle la ventaja a su equipo con un tremendo cabezazo.
A partir de ahí, Francia jugó con la desesperación de un Bélgica que intentó por todas las vías pero nunca hizo daño a la defensiva francesa que logró sacar el resultado.
Francia avanza a su tercera final de Copa del Mundo. La primera en 1998, donde logró salir campeón y después en Alemania 2006, perdiendo ante Italia.
Foto: FIFA