Roma ha sido testigo de la consagración por primera vez de ‘Rino’.
El partido comenzó con un orden defensivo espléndido de ambos clubes. Aunque la Juventus tenía la voz cantante, cuando el equipo del sur de Italia recuperaba el esférico, inmediatamente el equipo de Sarri sellaba sus lineas.
Una equivocación del español Callejón abrió la llave para un disparo de Cristiano que Meret atajó bien apenas iniciado el encuentro, era la primera aproximación de peligro latente del partido.
No hubo mucha actividad en los arcos hasta un tiro libre de Lorenzo Insigne que pegó en el palo. Con una llegada por bando, así terminaron los primeros 45 minutos.
La tómica de la segunda parte no distó mucho de lo visto en la primera, con la diferencia que conforme el panorama de la Juventus se ensombrecía cuando llegaba a tres cuartas partes del campo, el Nápoles empezó a encontrar espacios de la mano de Politano, Mertens e Insigne.
Buffon y Meret aparecieron para salvaguardar el cero en sus cabañas, pero la noche se la llevó el eterno Gigi en el tiempo regular.
Era el minuto 92′ cuando Bernardeschi regaló inocentemente un tiro de esquina. Era la última jugada del encuentro y Nikola Maksimovic se levantó en el área y remató hacia abajo una pelota que el gigante italiano sacó en la línea.
En los penales, Dybala y Danilo condenaron a la Vecchia Signora con sus fallos, ya que solo Bonucci y Ramsey acertaron y Cristiano ya no llegó.
Por su parte, Insigne, Politano, Maksimovic y Milik enorgulleceron a la Nápoles aguerrida, una ciudad que no vio nacer en su tierra al «Rino» Gattuso, pero bien podría jactarse de tener en él el ADN del napolitano.