Esteban Quispe es un genio autodidacta de la robótica, actualmente vive en Patacamaya, un pueblo a las orillas del altiplano boliviano, a unos 100km de La Paz, a la corta edad de 10 años Esteban ya construía Robots. Vive de manera humilde con sus padres. La pobreza lo llevo a fabricar sus propios juguetes electrónicos con partes de dispositivos que encontraba en el basurero. Al aprender de manera empírica el dio nombre a los elementos electrónicos, por ejemplo: a los capacitores los llamaba “aba”, a las resistencias “arrocito”… Así mismo al no poder tener para comprar una placa PSB llegaba a montar sus circuitos en pedazos de cartón
Muchos de los robots que el creó se los compraron y por la necesidad él los vendió, algunas veces para poder seguir aprendiendo y creando llegaba a desarmar estructuras terminadas para utilizar las partes en proyectos nuevos. Pese a tener una beca completa en la Universidad Católica Boliviana para estudiar Mecatrónica decidió abandonar la universidad alegando razones personales. Sobre este tema prefiere no hablar por el momento.
¿Quién es el Wall-E boliviano en la robótica?
Esteban tiene un robot que es llamado “Wall-E boliviano” pero ese nombre se lo puso la prensa, el nombre dado por Quispe es: “Wall-E Kit”, explica que ese nombre es por el robot de Disney, Wall-E y Kit por el nombre del auto que salía en la serie de Tv del “Auto increíble”, ambos cosas que el deseaba desde niño. Éste robot es controlado por una aplicación móvil que el mismo programo.
El gusta más de estar en su “laboratorio” el cual no es más que un cuarto de adobe y cemento, con muebles rústicos que lo ayudan en su proceso creativo. Fue invitado por Google a conocer sus instalaciones en EUA, así mismo grandes compañías le han ofertado trabajar para ellas…, pero su interés principal se está centrando en ayudar a las comunidades agrícolas donde vive.
Mi papá me decía que las personas que cambian el mundo no son personas que tienen conocimiento, sino personas que tienen necesidades. – Quispe
Sin lugar a dudas estamos ante un genio nato, pero para poder alcanzar sus metas tendrá que aprender a regirse por los estándares básicos de la electrónica y la robótica, aprender términos y números… tal vez eso sea peor obstáculo que la pobreza misma. Lo que es cierto es que si alguien tienen el corazón suficiente no lo limitarán los recursos ni la edad, alcanzará aquello que lo hace levantarse cada mañana.