Tras el fallido golpe de estado realizado el pasado 15 de julio, las autoridades turcas tomaron acciones legales.
Las órdenes fueron emitidas por la Fiscalía de Estambul, según reportó la agencia Anadolu.
Turquía acusa al clérigo musulmán Fethullah Gulen, autoexiliado en Estados Unidos, de orquestar el intento de rebelión que causó más de 270 muertos y una amplia represión contra sus partidarios.
Cerca de 5 mil efectivos del Ejército fueron cesados desde el fracasado alzamiento, incluyendo 151 generales y almirantes.
Alrededor de 43 mil personas fueron despedidas de sus empleos en el Gobierno, y otras miles fueron detenidas para ser interrogadas. Otras 17 mil personas incluyendo soldados, policías, jueces y periodistas, esperan juicio.