Los Golden State Warriors se llevaron el bicampeonato de la NBA tras derrotar a unos Cavaliers de Cleveland que muy probablemente estén despidiéndose de su figura Lebron James.
No había mañana, Cleveland Cavaliers estaba contra la pared y perder de nueva cuenta en la serie significaría que la corona seguiría estando del lado de Golden State, por lo que el segundo duelo dentro del Quicken Loans Arena no podía ser desaprovechado.
Sin embargo, el juego no arrancaría de la mejor manera para los locales. Los Cavs estaban totalmente erráticos en los disparos de tres puntos y los rebotes que provenían eran aprovechados por el equipo de los Warriors que por lo contrario, eran sumamente efectivos desde el campo.
Fue totalmente un primer cuarto de terror para los muchachos de Tyronn Lue. La mezcla de presión y desesperación jugaban en su contra y por si eso fuera poco, Golden State también ponía de su parte.
El marcador dejaba en evidencia lo que estaba pasando en la duela, Warriors vencía cómodamente a Cleveland 34 a 25.
Durante el inicio del segundo cuarto, Cleveland mejoró notablemente a tal grado de darle la vuelta a la pizarra a la mitad de ese segundo episodio.
Todo marchaba bien para los de Ohio, pero los ajustes tácticos que Steve Kerr le hizo a su equipo fueron severamente buenos. Golden State se sacudió la cara y se levantó, concretó disparos de tres orquestados por Stephen Curry y volvía a tomar la ventaja.
La superioridad en los puntos para el conjunto de blanco prevalecería, pues una diferencia considerable de nueve unidades le seguía dando el triunfo a los Warriors, 61-52.
El tercer cuarto fue sencillamente lo que ya habíamos visto en los tres juegos anteriores, Golden State hizo lo que quiso.
Los Warriors se despegaron abismalmente y maltrataron de fea forma a los locales, que ya estaban en completo desencanto. El score se veía lejos, 86 para los californianos y 65 para los Cavs.
El último cuarto fue de mero trámite, sólo se vislumbró la superioridad que los Warriors habían demostrado en el partido y básicamente en toda la serie final. Curry, Green, Thompson y todo el equipo guerrero estaba intratable y estaban esperando a que el reloj se acabara para proclamarse por segunda ocasión consecutiva como los campeones de la NBA.
El partido se dio por terminado y la coronación de los Warriors sucedió enseguida.
Kevin Durant se llevó el premio al jugador más valioso de las finales, conmemoración que se lleva por segunda ocasión consecutiva.
Por otro lado, el “Rey” Lebron James se terminó despidiendo de toda la fanaticada que se le entregó hasta su último momento, pues muy probablemente estemos frente a la última temporada de James con el equipo de su ciudad natal.
El marcador fue claro, Golden State derrotó 108-85 a los Cavaliers de Cleveland.
Foto cortesía: NBA