La compañía japonesa, dedicada a la manufactura de aparatos eléctricos y electrónicos intenta mantenerse dentro de las grandes compañías de tecnología, aunque el panorama no es muy favorable.
Escándalo financiero.
La reconocida compañía Toshiba, por sus computadoras portatiles, discos duros, y demás, atraviesa por una una crisis económica y se agudiza cada vez más.
Han sido varios los sucesos que llevó a Toshiba a este precipicio, como lo fue el escandalo financiero que tuvieron en el 2015, donde en resumidas cuentas, Toshiba infló sus ganancias desde el 2008, tiempo cuando ocurrió la crisis económica mundial, aún cuando su CEO Hisao Tanaka estaba al tanto de ello. Al anunciarse este escandalo, el CEO decidió renunciar a su cargo.
En esas fechas, daba la coincidencia que en la página de Toshiba de Estados Unidos, ya no tenía equipos portátiles en venta, para lo cual varios días despues, se anunció que Toshiba estaría dejando de producir laptops al consumidor, y se enfocaría sólo en empresas (B2B o Business to Business).
Cabe mencionar también que Toshiba ya no fabrica sus televisiones, ahora la empresa Compal es la encargada de producir esas pantallas con el nombre de Toshiba.
Otra cosa de lo cual no se habló mucho en los medios y para intentar corregir estas acciones, Toshiba decidió vender su división médica a la empresa japonesa Canon, la misma empresa que es reconocida por sus cámaras profesionales.
En estos momentos Toshiba está buscando vender parte de su negocio de chips y microprocesadores.
Pero, ¿Que está pasando con el negocio de energía nuclear de Toshiba?
Pues bien sabrán (o tal vez no), Toshiba en el 2006 compró todos los activos de Westinghouse y en el 2015, la cual a su vez adquirió a la constructora CB&I Stone Webster.
Como bien recordaremos, en el 2011 sucedió una tragedia con una de las plantas nucleares en japón, y esto afectó gravemente al negocio de la energía nuclear.
Además, en este último año fiscal para Toshiba advirtió que los activos de su filial Westinghouse sufrían una devaluación, y decía estar buscando irregularidades contables en una de sus operaciones. Con lo anterior , las acciones de Westinghouse disminuyeron, y se prevé que las pérdidas netas serán de $3.400 millones en este año fiscal al terminar marzo.
Tras haber anunciado la devaluación de su filial, el CEO Shigenori Shiga demitió de su cargo.