Esta noche el León avanzó a la gran final del fútbol mexicano, ganando sin problemas a un cuadro rojiblanco que ofreció poco en el juego de vuelta de la semifinal y se convierte en el primer finalista.
La ventaja permanecía para los esmeraldas, quien al anotar gol de visitante en el Akron buscaban jugar la vuelta a su favor y con esa condición intentar contragolpear al rebaño y matar el partido.
El cuadro de Vucetich arrancaba con mucho ímpetu y se iba con todo con Alexis Vega, José Juan Macías y Angulo, la presión que se esperaba la ejerció el visitante durante los primeros 5 minutos, pero el local lograba emparejar y adueñarse del balón.
El manejo del partido del local borró totalmente cualquier posibilidad de creación de jugadas, Chivas no lograba acomodarse ni conectar más de cinco pases seguidos, el Leon entendió la postura y comenzaba a hilar verdaderas jugadas de peligro.
Llegó el 18’ y en un error claro de la defensiva rojiblanca, Fernando Navarro filtraba un balón para Mena que recibía solo dentro del área, este no caía en la desesperación y cedía para Campbell que solamente tenía que empujar el balón para marcar el primero de la noche.
La primera mitad era totalmente de los de Nacho Ambriz, se sentían cómodos en el terreno de juego y logrando su cometido, después del gol Chivas intentó reaccionar sin embargo la gran defensiva de León lo impidió.
El cuadro del ‘Rey Midas’ quiso tener reacción para la segunda parte, buscando que el equipo se viera más ofensivo con la incorporación de Jesús Angulo, y tenía ligeras llegadas por los costados con Uriel Antuna que estrellaba una en el poste.
Las salidas de Alexis Vega y José Juan Macías intentaba darle otra cara, recordando que venían de una lesión y no se encontraban al 100%, los del rebaño cerraban el partido en el campo a Oribe y Rolando Cisneros.
Los panzas verde tenían el control de los minutos finales y simplemente jugaban con el marcador y el reloj a su favor, las Chivas no tuvieron la capacidad de reaccionar y veían cómo se les escurría la posibilidad de jugar una final.
El silbatazo por Diego Montaño decía que no se jugaba más, el mejor equipo del torneo celebraba una final más, y únicamente esperan rival de la otra serie, en dónde es casi un hecho se vuelta a repetir la final del invierno 97.