¿Qué nos dice los 9 grados de temperatura en Monterrey sobre el clima?

El clima nos ha dado algunas sorpresas este año. Sin embargo, no nos debe de extrañar puesto que la tendencia al cambio tiene unas décadas siendo evidente. El primaveral mes de abril del 2018 lo percibimos diferente.  A mediados de mes el termómetro llegó  a 39 grados centígrados, y al día siguiente el descenso se pronosticó estrepitoso a 9, para  Monterrey. Estos nueve grados en lo personal, no los recuerdo en abril. Por lo que me nació, investigarlo.

A la luz de una idea que predice una “Pequeña Edad de Hielo”  como consecuencia del “Efecto Ártico 2017-2018” las cosas empezaron a quedarnos más claras, respecto a las bajas temperaturas, que han seguido presentándose durante el mes. Dicho “Efecto…” consiste grosso modo  en una baja de la temperatura como consecuencia del gran deshielo del Ártico, tal deshielo, como producto del calentamiento global. ( tiempo.com)

Parece contradictorio. Para algunos es una oportunidad «I hope global warning will be overridden by this effect, giving humankind and the Earth 30 years to sort out our pollution,» según Valentina Zharkova líder del proyecto conjunto de la Universidad Northumbria y Moscú (news.sky.com ) Será una época  afortunada, hasta cierto punto.

Un fenómeno solar será el principal factor, de dicho enfriamiento. Pero sin duda se combinará con las complejidades del mundo actual. Era imposible que no sucediera algo extraordinario, las evidencias por doquier. Primero con el  aumento del  calor.   Los estragos del calor en el mundo pusieron a España el verano del 2017 de rodillas  “ se registraron valores típicos del norte de África y en la islas británicas, los valores fueron típicos de la península» según Antonio Sánchez,  del departamento de física de la Tierra y astrofísica de la facultad de ciencias físicas de la Universidad Complutense de Madrid. (elpais)

En Norteamérica, también le afectó  en Arizona  algunos aviones  dejaron de despegar debido a los riesgos, como efecto de  los más de 49 grados centígrados de temperatura en el aeropuerto de Phoenix (bbc.com).

Es interesante porque  también hubo humedad en exceso. Los huracanes nacidos en latitudes tropicales y que en su viaje hacia el norte se estrellan con  portentosas fuerzas en las costas han aumentado en tamaño, frecuencia  y  potencia.  Para el gran historiador Fernand Braudel, el clima impacta a la historia, pero lentamente porque generalmente  los cambios en el clima, y en la geografía así lo han sido. Pero esta vez los cambios se aceleran demasiado.

Antes, la humanidad presenció y aprovechó otro gran  deshielo, mucho más grande, el de la última glaciación. El deshielo dejó a América muy aislada del resto de los continentes. Y en algunas zonas del mundo empezaron las desertificaciones,  como el ocurrido en latitudes lejanas como en el  desierto del Sahara, en África, antes una estepa con abundante caza, según nos muestra su arte rupestre. ( nationalgeographic.com)

En México, se tiene el paraje Boca de Potrerillos, en Mina, N. L.  El lugar es sitio arqueológico del INAH en donde se pueden admirar los magníficos petrograbados y  los estudios paleobotánicos  arrojaron como resultado la abundancia de  recursos bióticos y agua del lugar. El análisis con radiocarbono ubicó evidencia humana desde el año 7,880 a. p. (Valadez, 1999).  Hoy es el municipio más seco de Nuevo León. Pero en ninguno de estos eventos los humanos fuimos tan poderosos como para responsabilizarnos.

Otro factor, presente en el Norteamérica es la fuerza descontrolada del  agua. En las costas de la Florida española durante el año de 1528 Alvar Nuñez Cabeza de Vaca y  una flota  de navíos exploradores naufragó por una tempestad.  Cabeza de Vaca buscó tierras colonizadas, pero tardó para su desgracia y para nuestro deleite algunos años y escribió su magnífica  descripción de aquella región sin europeos hasta que llegó a Culiacán en 1536 (2003). Por cierto algunos estudiosos  piensan que pasó por el norte del  actual  Nuevo León.

Lo cierto es que las proezas de sobrevivencia y aventuras de Cabeza de Vaca  se traducen hoy en enormes daños en  Florida y la región circundante. Dicho estado es el más golpeado por huracanes en un conteo de la NOAA de 1851 a 2017. ( cnnespanol.cnn.com). Los huracanes Harvey, Irma y María nos dejan claro la magnitud del problema.

Nuestra ciudad y estado también tienen una larga historia con los embates del agua. En Monterrey durante  1611, quedó devastada la mitad de las casas (Cavazos,  1994). Y los huracanes Gilberto y Alex en décadas recientes nos siguen recordando su poder.  Por lo anterior los habitantes de la región deberíamos estar acostumbrados al azote de tales fenómenos.

Sin embargo, nos da la impresión que no entendemos el equilibrio sorprendente entre fragilidad y poder que posee Norteamérica.  Aquellos exploradores y conquistadores no tenían nuestro poder de transformar el clima, aunque estos sí lograron transformar el ecosistema de ciertas zonas. Ya para el siglo XIX, aprovechándose de ese lado frágil de la naturaleza, los estadounidenses  casi extinguieron  al bisonte americano. (redhistoria.com )  Y  el berrendo de   Nuevo León, antaño con distribución los tres países norteamericanos,   fue severamente diezmado de tal forma que en 1922 mediante un decreto presidencial mexicano fue declarado   en veda (Valdés y Manterola ,2001)

El clima ha preocupado más que la fauna y la flora, la noticia es: ya tenía mucho de lo que tiene hoy desde antes que la Revolución Industrial pudiera tener efectos en esta zona del mundo ¿Qué se puede esperar con los cambios de clima considerando las impresiones de una visita a Monterrey en  el año de 1828 de una comisión de geógrafos y naturalistas?  Le llamaron “Comisión de Límites” y se encargó de delimitar la frontera al norte de nuestro país, los extranjeros escribieron   “a nuestra llegada, la atmósfera nos pareció muy desagradable, por su excesivo calor” era enero, por cierto. Y agregaron “en invierno (…) las variaciones atmosféricas son tan sensibles, y comúnmente repentinas”. (Berlandier y Chovell, 1989)

Por  lo que es necesario ser conscientes de otra interrogante.  ¿De qué manera la posible sinergia de cambio climático natural y cambio climático de responsabilidad humana nos impacte? Con precisión no sabemos. Quizás tengamos una meseta plácida, con cierto enfriamiento unos años. Pero también puede presentarse un escenario difícil.

Finalmente no es enero,  y  este abril del 2018  se está acabando. La temperatura es relativamente agradable y húmeda.  Quién sabe qué pase después. Pero bajo una lógica de vivir lo mejor del presente, dejando las culpas a un lado, muy a tono con el hedonismo y consumismo. Hay  un nuevo producto para la temporada, y es gratuito: mañanas y noches frescas, días tibios y con brisa.

 

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